Estamos en Donsol. Hemos venido aquí especialmente porque es una zona donde se avistan tiburones ballena todos los años. Vienen aquí porque son aguas con muchos nutrientes que hacen que haya mucho plancton (del cual se alimentan estos enormes peces). La temporada va de noviembre a junio, aunque es en los meses de marzo y abril cuando más "butandings" (tiburón ballena en tagalo) hay.
Llegamos el jueves por la tarde después de coger un vuelo desde Manila a Legazpi con la aerolínea low cost CebuPacific. Una vez en Legazpi fuimos a la estación de buses y mini-vans. Las vans son furgonetas que no salen hasta que se llenan. Cogimos una directa hacia Donsol por 75 pesos cada uno y viajamos durante una hora apretujados entre cajas, personas y una gallina, con un conductor que adelantaba autobuses en curvas. ¡Qué mareooo! Todo esto lo hemos hecho gracias a la guía de viaje que te dice como ir a cualquier sitio. Si no, desde el aeropuerto nos ofrecieron llevarnos por 1200 pesos así que mirad la diferencia.
La van te deja en medio del pueblo y no sabíamos para donde tirar. Un chico de un tricicle nos ofreció llevarnos a buscar alojamiento hasta que encontramos nuestro hotelito: Amor farm beach resort. Nos dieron una habitación por buen precio, cerquita del mar. Como es temporada baja (la alta aquí empieza en diciembre) estamos casi solos.
Después de instalarnos el mismo chico del tricicle nos llevó al centro de visitantes, donde te apuntas para salir en barco al día siguiente para ver los tiburones ballena. No sabíamos si los íbamos a ver o no. Es cuestión de suerte ya que es un poco pronto para ello. El primer avistamiento de esta temporada fue el miércoles, y ayer, jueves, no se vieron.
De vuelta al hotel nadamos un poco, cenamos unos platos muy ricos (Mati un plato de raya un poco picante y yo de pollo) y a dormir, ya que nos espereaba un día largo al día siguiente. La playa no es que sea nada del otro mundo. La arena es negra y está un poco sucia (no sabemos si siempre es así o si es por la tormenta que hubo con el tifón) y el agua turbia debido a que por aquí desemboca un río. Por cierto, por ahora no hemos visto señas del tifón así que me empiezo a tranquilizar en cuanto a que no todo el país está destrozado.
Ayer nos despertamos prontito ya que a las 7 teníamos que estar en el centro de visitantes. Nos costó bastante ya que aún no nos acostumbramos al horario y no dormimos muy bien. Una vez en el centro se hacen grupos de 6 personas en cada barca. El precio es por barca así que si no se llena tú decides si pagar más por persona o esperar. Aunque fuimos los primeros en llegar, llegó un grupo de 6 que iban juntos y tuvimos que esperar a que llegaran dos franceses. Ya éramos 4. Como es temporada baja y pasaba el tiempo decidimos pagarlo todo entre 4 y zarpar ya que se suelen ver mas pronto por la mañana y tampoco es muy caro. Antes de todo, te hacen ver un vídeo explicativo con normas como: no tocarlos, mantener una distancia (3-4 metros), el número máximo de personas en el agua (6), el número máximo de barcos por día (30), etc. Me parece genial aunque no creo que en temporada alta, cuando salen 30 barcas a la vez, se respeten mucho estas normas.
El viaje dura tres horas y la verdad que no nos hemos alejado demasiado de la costa (no creo que llegue a una milla). Hizo un día soleado y el mar estaba en calma. En el barco hay un BIO (buganding intertaction officer, jajaja) y varios hombres vigilando subidos al mástil o en proa en busca de los tiburones. Ya nos advirtieron que es posible que no viéramos nada porque la temporada está empezando. Sólo salieron tres barcos en todo el día.
A la media hora el BIO nos dice que nos preparemos y pongamos el equipo de snorkel porque han visto algo. ¡Qué emoción! A su señal nos tiramos al agua y le seguimos. El agua está bastante turbia y no ves nada pero de repente... ¡un pedazo de tiburón ballena enorme aparece frente a ti con una bocaza gigante, unos ojitos diminutos y cientos de puntitos blancos adornando su piel! ¡Woooooooooow! Nadas un ratito con él pero en seguida se va al fondo y lo pierdes de vista. Dicen que depende del tiburón, que a veces se quedan un buen rato, pero no ha sido nuestro caso. ¡Da igual! ¡Qué subidón! ¡Lo hemos visto! ¡Medía 8-9 metros! Y no iba a ser la única vez, nos tiramos al agua un total de 4 veces (dos con este tiburón y dos con otro más pequeño que encontramos después). ¡Esto es algo que se nos quedará grabado en la memoria para siempre!
Hoy ha sido un día de relax, pasear por la playa, bañarse, ver el atardecer con los niños jugando en la playa y poco más.
Mañana nos vamos a Dumaguete, a bucear en Apo Island!
WAAAALA!!!! Tiburon ballena! anda que os quejareis de primera inmersión... vaya envidia!! Habeis dejado el listón muy alto... para vuestra segunda inmersion espero como mínimo que Mati cabalgue sobre un jodido calamar gigante! nos alegramos de que todo os esté saliendo a pedir de boca. Mucha suerte!! Angie y Biel,
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